Denominamos suelo pélvico al conjunto de músculos que se encargan de cerrar la base de la pelvis, acogiendo y dando soporte a las vísceras pélvicas -vejiga, útero y recto en caso de las mujeres; Próstata, vejiga y recto en caso de los hombres-.

¿Por qué ejercitar el suelo pélvico?

Se encarga de funciones tan necesarias como el control de la continencia urinaria y fecal, y el sostén y cierre de las paredes de la vagina. Además, su correcto funcionamiento es clave para disfrutar de una sexualidad plena, indolora y dotada de una adecuada sensibilidad.

La musculatura perineal sale desde el pubis hacia el coxis y dibuja la forma de un arco, es por ello que también lo denominamos diafragma pélvico.

Sin embargo, el conjunto del suelo pélvico no está formado únicamente por músculos, sino que también juegan un papel importante las fascias, ligamentos y tejido conectivo, que ayudan a sujetar y mantener en buena posición a las vísceras pélvicas.

Ejercicios suelo pélvico
Ejercicios suelo pélvico

El diafragma pélvico está integrado dentro del “complejo abdómino-lumbo-pélvico” o CALP. Es decir, que no trabaja de manera aislada, sino que para que responda de manera idónea es importante tener en cuenta el papel del diafragma torácico (músculo encargado de la respiración), la musculatura lumbar, y la cincha abdominal.
Por tanto, es imprescindible trabajarlo y reeducarlo de manera global, atendiendo siempre a la postura del paciente.

Por desgracia, hoy en día el suelo pélvico sigue siendo el gran olvidado y aún muy desconocido. Al ser una parte aparentemente invisible, no lo escuchamos en el momento en que aparecen síntomas, y buscamos solución cuando no nos queda más remedio, ya que afecta demasiado a nuestra vida diaria.

La prevención sería nuestra mejor arma para mantener una buena calidad de vida y una óptima salud sexual, evitando así futuras patologías que comprometan a este nivel.

Suelo pélvico
Suelo pélvico